Transición política en Perú y retos del gobierno de José Jerí Oré
El informe “Escenarios de gobernabilidad y perspectivas hacia julio de 2026” analiza la reciente transición política en Perú y los desafíos que enfrenta el nuevo gobierno tras la destitución de la presidenta Dina Boluarte. Según el documento, la salida de Boluarte fue producto del creciente descontento ciudadano ante el avance de la inseguridad y la delincuencia, sumado a la pérdida de respaldo en el Congreso. En su reemplazo, el presidente del Parlamento, José Jerí Oré, asumió la presidencia de la República y designó un gabinete liderado por el primer ministro Ernesto Álvarez Miranda.
El informe destaca que el nuevo gabinete se compone principalmente de funcionarios técnicos y no partidistas, con experiencia en los sectores que dirigirán. Su prioridad inmediata es recuperar la gobernabilidad, responder al malestar social y definir si el Ejecutivo podrá impulsar una agenda propia hasta julio de 2026. Entre los ejes que busca promover se incluyen la reducción de desigualdades, la reactivación productiva —con foco en minería e infraestructura—, la formalización laboral y la modernización digital del Estado.
Desde el punto de vista político, Jerí Oré enfrenta un escenario complejo: aunque asumió con apoyo de varios bloques legislativos, su partido, Somos Perú, cuenta solo con 10 de las 130 bancas, lo que lo coloca en una posición institucional débil. El Congreso, por su parte, mantiene amplias herramientas de control político, como interpelaciones y mociones de censura, que podrían condicionar la estabilidad del gabinete.
El documento prevé que algunas políticas del gobierno anterior continuarán, especialmente aquellas vinculadas con la adhesión de Perú a la OCDE, la estabilidad macroeconómica, la política monetaria y los acuerdos comerciales. Sin embargo, se esperan ajustes en temas como la promoción de inversiones, la regulación ambiental, la digitalización y la inteligencia artificial. Donde sí podrían producirse cambios más significativos es en la estrategia de seguridad ciudadana, el combate al crimen organizado y la relación del Ejecutivo con los medios de comunicación.
En síntesis, el informe concluye que el nuevo gobierno peruano enfrenta un contexto de alta demanda social, débil respaldo político y necesidad de mostrar resultados en un corto plazo. Aunque algunas líneas estratégicas de mediano plazo probablemente se mantendrán, otras áreas —especialmente las relacionadas con seguridad, gobernabilidad y fortalecimiento institucional— podrían experimentar transformaciones profundas en los próximos meses.
Análisis Político